Y todo llegará…si no le metes prisa al tiempo.
Como si de una premonición se tratase, Dani y yo nos conocimos en un concierto de Sidecars mientras sonaba esa letra.
Yo, la que siempre soñó con casarse. La que pasaba horas y horas ojeando blogs y revistas nupciales e imaginando cómo sería su gran día.
Y él, desencantado y sin creer en el matrimonio. Sin muchas ganas de ilusionarse.
No voy a negar que me costó mucho convencerle (eso da para otro artículo). Pero al final lo conseguí. Y él sólo me pidió que organizase la boda más elegante y bonita que pudiera imaginar.
Un lugar, Denia. Una finca, Casa Santonja. Y una fecha, el día de San Juan. Y con “El sueño de una noche de verano” como inspiración empecé a organizar el día que tanto había deseado.
Como ambos somos de Madrid, y también nuestros invitados, la noche de antes organizamos una fiesta de preboda en el Club Naútico de Denia en la que no faltaron ni las hogueras para quemar todo lo viejo y dar paso a lo nuevo.
Para mi vestido no tuve ninguna duda de que lo haría en Impuribus. Sara me preparó varios bocetos y uno de ellos fue amor a primera vista. En realidad se trataba de un vestido de satén de seda tipo lencero con aplicaciones de encaje art nouveau en la falda. Y un sobrevestido de crepe con las mismas aplicaciones en las mangas. Como colofón un maxi lazo en el cuello del que salía la cola.
Mis zapatos fueron unas sandalias doradas de Jimmy Choo que ya tenía. Los pendientes de Le Touquet y el anillo de pedida, un solitario de joyerías Suárez.
Durante los preparativos llevé un conjunto de bata y camisón de herencia familiar. Para la peluquería y maquillaje ¡tuve a la mejor! Yadi Martínez “la chica de los rizos”.
Dani llevaba un chaqué a medida de Bund Company y el mismo día de la boda, momentos antes del enlace le regalé un reloj Tissot que le llevaron a su habitación nuestros hijos.
De las fotos se encargó María de “Momentos de una vida”. Fue todo un descubrimiento y un acierto absoluto. Sus fotos de estilo atemporal y en movimiento me tienen enamorada.
El catering El Poblet superó con creces nuestras expectativas. De 10. Del sonido e iluminación se ocupó Cenval Music. Dani entró a la ceremonia del brazo de su madre y con su grupo favorito de fondo, los Rolling Stones. Le seguían nuestros hijos y sobrinos en un carrito que fabricamos nosotros mismos para la ocasión.
Y yo detrás, del brazo de mi padre, escuchando “I can´t help falling in love” de Elvis Presley.
Flores La Tartana hicieron un trabajo simplemente espectacular. El templete de Casa Santonja parecía un edén. Y el montaje del banquete parecía sacado de una revista.
Durante el cóctel Blest Souls amenizaron la velada con sus versiones de pop rock de los años 80-90. En la posterior fiesta en el aljibe de la finca colocamos un glitter bar para que todas las invitadas se vistieran de festival. Y cualquiera que me conozca sabe que en mi boda no podían faltar las hamburguesas y perritos calientes en la recena (soy fanática de la comida americana). Chuchurucos colocó dos carritos vintage ideales a las puertas de la discoteca. Por supuesto también hubo fotomatón de la mano de Mi Fiesta 360.
Toda la planificación del evento corrió a cargo obviamente de About your Wedding, es decir, de mí. Pero ese día yo no podía ocuparme de coordinar mi boda y sabía perfectamente la importancia de contar con ayuda profesional. Fue así que conocí a Pilar de Fairydust. Ser wedding planner de una wedding planner no es tarea fácil, pero ella pasó la prueba con nota. Y todo quedó grabado para siempre gracias a Catrina Films.
Me gustaría hacer una mención especial a Virginia de Lajuliette, experta wedding designer dotada de una sensibilidad especial para crear ambientes de otro planeta. Nos conocimos casi por casualidad en una reunión con otras compañeras del sector. Y la verdad es que no paramos de hablar de ideas y estilos en toda la noche.
Contar con ella para la decoración de una boda supone elevarla a otro nivel. Partiendo simplemente de un abanico de colores es capaz de producir toda la parte escénica del día B y presentárselo a los novios de manera que casi están viendo el resultado final.
Es perfeccionista, metódica y resolutiva. Se adapta a todos los estilos, porque todos los domina y se ajusta al presupuesto de los novios sin problema. Fue un lujo que nos ayudase a conseguir ese efecto wow del que aún a día de hoy me hablan mis invitados. Tanto es así que colaboramos estrechamente en otros proyectos como ferias, shootings y con aquellas parejas que no quieren dejar a nadie indiferente y valoran especialmente la elegancia y los detalles.
Para el alquiler del mobiliario elegimos a Mafesa.
Si pudiera decirle algo a la Verónica del pasado le diría que disfrute, que se relaje, y que confíe en que las cosas imposibles sólo tardan un poquito más.